domingo, 13 de agosto de 2017

Dura Lexnet, Sed Lexnet

La ley es dura, pero es la ley.
Vieja frase romana que, imagino, aprenderán todos los estudiantes de derecho en primer curso pero que también es parte del acervo popular.

Sin ley no hay estado de derecho y sin estado de derecho no puede haber, sin ir más lejos, democracia y libertad. Así que este es un tema realmente importante.

La Justicia. A ella estamos obligados, pero también nos defiende.
No es objeto de este blog irnos más allá de unos pocos bits mejor o peor pareados pero no puedo dejar de proclamar la importancia de tener una justicia INDEPENDIENTE ya que es el tercer poder del estado democrático y de derecho. Ya que nuestra justicia está parcialmente subordinada al poder ejecutivo, al menos intentemos que funcione bien.

Papeles, legajos, sentencias...
Caracterízase la justicia no sólo por un lenguaje un tanto especial y fácilmente reconocible sino por la cantidad de documentación que genera. Documentación que debe además conservarse.
Esto sería una primera aproximación al problema aunque queda bien descrito.

Un juzgado típico puede ofrecer el siguiente aspecto


Esto no solo garantiza un funcionamiento administrativo realmente poco eficaz sino que da pie a incidentes de importancia, como es la pérdida o extravío de documentos.

Por tanto, lo ideal desde un punto de vista técnico, si bien considero que la Magistratura estará de acuerdo; sería un juzgado sin papel. Un juzgado del siglo XXI ¡La digitalización de la Justicia!


¡Al fin llegó la informática!
Pues sí. Y se implementó Lex Net. Un sistema de intercambio de documentos. Más o menos eso dice en el Portal de Justicia.

De dicha página cito literamente

LexNet es una plataforma de intercambio seguro de información entre los órganos judiciales y una gran diversidad de operadores jurídicos que, en su trabajo diario, necesitan intercambiar documentos judiciales (notificaciones, escritos y demandas). Han transcurrido varios años desde su implantación y LexNet se ha convertido en un instrumento de trabajo seguro tan habitual en el ámbito de las comunicaciones judiciales, como el teléfono, el fax o el correo electrónico.

Bueno, a mí juicio (palabra más que apropiada) me parece algo positivo. No llega a esa total digitalización de la justicia que, imagino, es una tarea ímproba. Pero es, en principio, un gran avance ¡qué duda cabe!

Hasta que la liamos.

Ímprobo también sería hacer un análisis riguroso de lo que está pasando pero, superficialmente, vemos que se repite el tradicional modelo de subcontratar a lo más barato y cutre posible algo que debería haber sido desarrollado internamente.

Las empresas detrás del fiasco

Pero es que, efectivamente, la administración que pretender modernizarse parece que sigue con los manguitos, el papel secante y, afortunadamente, no usa esos pelucones blancos tan británicos que salen en todos las películas.

Nuestros jueces, por suerte, no llevan peluca. Aunque el ministro de justicia aún viva en el siglo XIX

Justicia no ha entendido nada del desastre Lexnet

Es decir, en lugar de agradecerle al "hacket ético" haberle comunicado la existencia de la brecha de seguridad ¡van contra él!

Bien, no sólo no avanzamos, sino que involucinamos.

España, sin duda, tiene la justicia que se merece porque tiene los políticos que se merece. Así nos luce el pelo aunque alguno dice por ahí que hace cosas comparables a viajar a la Luna. Sí, en la luna estamos, me parece a mí.

(Continuará)

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