miércoles, 6 de julio de 2016

Las aventuras de buscar un empleado público - capítulo 2

Episode IV - La llegada de los currícula

Hace mucho tiempo en una galaxia lejana, muy lejana los currícula comenzaban a llegar. De forma un tanto desordenada, todo hay que decirlo.

Así quedaba la sala después de una reunión del Tribunal
Bueno, los compañeros del Departamento de RR.HH. fueron muy profesionales y nos entregaron la documentación de los candidatos de una forma muy correcta.

Los candidatos podían entregar la solicitud
  1. personalmente en el registro
  2. por sede electrónica
  3. por registro común (ventanilla única)
  4. por correo certificado como recoge la LRJPAC
La sede electrónica, vaya, necesita certificado digital y unos conocimientos informáticos tal vez un poco más elevados de lo que sería deseable así que sólo unas pocas solicitudes entraron por aquí (¿pero no estábamos contratando informáticos?)

La ventanilla única es una opción muy cómoda pero a veces tiene algún problema para la administración. Desde luego si el candidato presenta su documentación en plazo y forma en el registro del Ayuntamiento de San Cucufato del Valladar puede que Manolo, el encargado del registro que además es bedel del grupo escolar Generalísimo Franco, celador del centro de salud, monaguillo en la iglesia de Santa Tosferina del puño prieto y encargado de subir las vacas del alcalde al prado comunal tarde algunos días en coger los papeles y tramitarlos.

Siendo así, los papeles llegarán tarde. Pero si se presentaron en plazo han de ser admitidos. Por tanto el Tribunal tenía que ser paciente.

El listado de candidatos
Con las solicitudes ya recibidas (aunque desconocíamos que alguna faltaba por llegar) el primer paso consiste en revisar la lista de candidatos y comprobar que no tenemos relación íntima o enemistad manifiesta con ninguno de ellos.

Lo de relación íntima no obliga a declarar si te has acostado o te gustaría hacerlo con alguno de los candidatos o candidatas. Eso sería sólo sexo. Allá cada cual.

Tampoco pasa nada si conoces a alguno de los candidatos. Si eso fuera motivo de exclusión, aparte de a tus amigos, estarías dejando fuera a todos tus vecinos, al de la gasolinera, a los invitados a la boda de tu amigo Juan. Y si tienes Facebook ni te cuento.

No. No se trata de ésto.

Evidentemente, ya centrándonos en el tema, está claro que si algún candidato es familiar tuyo, sois socios en alguna cosa o, de alguna manera puede haber un conflicto de intereses, debes abstenerte de participar en el proceso. En nuestro caso, no conocíamos a nadie así que, mucho mejor. Todo el mundo declaró no tener motivos de abstención.

La revisión de las solicitudes
El primer paso era revisar que los candidatos cumplían con las condiciones requeridas en las bases.

Nuestra pauta era muy simple: ser lo más abiertos posible. Cuanta más gente participara mucho mejor. Las propias pruebas serían el filtro si nuestro criterio se demostrase como demasiado benévolo.

Hay que decir que los C.V. los mirábamos muy rápidamente y por encima. Visto a toro pasado, es una pena dedicar unos minutos a leer y empaparte bien el currículo de un candidato que luego ni se presenta al primer examen. Ya tendríamos tiempo para leerlos con el proceso más avanzado.

Tuvimos un caso, un poco triste, porque uno de los candidatos tenía un C.V. estupendo. Sin embargo no tenía la experiencia requerida. Estuvimos mirando y remirando el C.V. para ver si teníamos algo a lo que agarrarnos.

Podíamos determinar qué considerábamos experiencia válida: unas prácticas, una colaboración desinteresada con alguna organización. Vamos, que si hubiera estado instalándole el Windows XP al párroco de su barrio o llevándole la contabilidad con Excel al equipo de fútbol de su escuela podríamos haberlo considerado experiencia. Buscamos algo así pero no lo había. No pudo ser. Se nos cayó y bien que lo sentimos.

En bastantes casos el aspirante no reunía la titulación adecuada pero aquí debo hacer un pequeño paréntesis. El Plan Bolonia o lo que carajo sea, ha montado un pifostio de tres pares de narices.

Esta hizo un curso por correspondencia de dos semanas de experta en nanobótica avanzada. No pudimos aceptarla y mira que nos hubiera gustado.


Antaño, te decían aquello de Licenciado, Ingeniero o Arquitecto. Pero ahora se ha unido el Grado.
¡Ojo, Grado Universitario! Grado en medicina, grado en derecho, grado en matemáticas.
O sea que tienes que ir a la Universidad y chapar como un cabrón campeón.

Pero luego están lo que llaman Grado Superior que es la antigua FP. O algo así, creo.
Pero no es lo mismo, no señor, aunque se llamen por el estilo. Ni el plan de estudios ni el nivel tienen nada que ver.

Algunos, van de listos y se creen que por hacerse un grado (que son 2000 horas, creo) ya son como los antiguos licenciados. Pues, me temo que no.

La cuestión es que, por ingenuidad o por pasarse de listos; algunos candidatos se inscribieron con su grado y, con toda diligencia, tuvimos que excluirlos.

Hubo también algunos excluidos por motivos materiales (falta del DNI, falta de fotocopia del título) que subsanaron sin mayor novedad.

Dicho ésto, elaborada ya la lista de admitidos definitivos, teníamos ya fecha para el primer examen: la prueba de inglés.

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