jueves, 24 de febrero de 2011

Incierto se presenta el reinado de Witiza

Esta frase dicen que se emplea en el mus. E incierto es el éxito comercial de cierta fuerza de venta.
Porque tienen, como el tio Perete, cuatro, cinco, seis y siete.
Incierta está la economía española en este invierno cuasi primaveral de 2011. Lo sé por mí y también por mis compañeros comerciales que andan siempre a la búsqueda de nuevos clientes. Campañas, bases de datos, telemarketing... hay que buscar al comprador de bienes y servicios esté donde esté, dar a conocer nuestras ofertas, seducirle con nuestros precios... y no es nada fácil.
Por suerte o por desgracia yo estoy del lado contrario. Soy de los malos. Yo compro y contrato.

No es que compre y contrate en grandes cantidades. De hecho, compro y contrato bastante poco. Lo justo e imprescindible. Pero como Responsable de Sistemas soy el interlocutor apropiado para los comerciales de las distintas empresas que ofrecen bienes y servicios.

Normalmente llaman personas, preguntan por mí, les confirmo que soy quién ellos esperan, se presentan amablemente y pasan a soltarme el rollo correspondiente.
Como decía, ya que conozco bien el trabajo de los comerciales y sé que es merecedor del mayor de los respetos, siempre les trato con la consideración debida aunque yo, generalmente, busco lo que necesito cuando lo necesito. Pero, nunca está de mas escuchar una oferta y aprender alguna cosa. Y he escuchado algunas.

A veces la oferta está tan poco orientada a las necesidades de mi organización que, con educación y cortesía, interrumpo la exposición. Opino que su tiempo es tan valioso como el mío y que es una pena hacérselo perder contándome una cosa que no me interesa. Supongo que ellos lo agradecerán.
En distintas ocasiones los comerciales van a puerta fría. Perdón, a teléfono frio y prácticamente tienen que preguntar qué es lo que tiene su eventual futuro cliente para ofertarle algo. Es encomiable pero no suele ir más lejos de allí. Hay otros más audaces y ofertan su producto que, tal vez, pueda aportar algo a la organización.En algunos casos (muy pocos) hemos concertado entrevistas. Me interesaba lo que me querían contar y aunque, a priori, la posibilidad de cerrar una operación era escasa me pareció que no perdíamos nada con hablar. Luego están los que te invitan a eventos. No sé como serán ahora los eventos, hace mucho que no voy pero antes te ponías ciego a comer y beber. El caso es que, aburrirme dos horas, con todo lo que tengo que hacer no es algo que me atraiga y suelo rechazar las invitaciones.

Pero el caso que más me cabrea, el que me ha movido a escribir una entrada es el del comercial tonto. No es nada personal, ellos (y ellas) hacen su trabajo pero como dijo aquel: -no te tires que no hay agua.

Una mañana te pasan una llamada. Preguntan por tí, como he explicado antes y entonces te lanzan el torpedo contra la línea de flotación.
Su empresa (Chachisystems Europe Ltd.) puede ocuparse de la informática de mi empresa. Una llamada y ellos se hacen cargo de todo. Administración, mantenimiento, help-desk, hardware... por supuesto con todos los ISO del mundo, Partner Microsoft, Cisco, etcétera, etcétera, etcétera. Ya nunca más tendré que preocuparme. De hecho, tendría que irme al paro.
Lógicamente, si mi interlocutor (o interlocutora) se hubiera documentado bien sobre las dimensiones y necesidades de mi empresa y sobre mi puesto en particular, se habría ahorrado una llamada, Eso de barrer listados telefónicos a ciegas me parece absurdo y dice poco de quién tengo al otro lado del teléfono. Si quiere perder su tiempo bien, pero el mío es oro.
El caso es que, para más inri, me ofrecen implantar en mi sagrado puesto de trabajo el modelo laboral que más odio: el de las empresas de servicio o ETTs; que al final son lo mismo. Claro. En estos casos, sin llegar a la grosería, suelo ser bastante cortante.
Naturalmente rechazo que me manden información (ni PDFs, ni nada) y, por supuesto, sutilmente les digo que no me llamen dentro de seis meses por si he cambiado de opinión porque si me llaman, sí habré cambiado de opinión. Puede que use palabras alusivas a la profesión de sus madres y eso no queda profesional.

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