viernes, 6 de mayo de 2011

Jefes-tontos y jefes-listos

No sé si ha sido casualidad, que no causalidad, el haber conocido en mi trayectoria profesional a algunos jefes-tontos y también algunos jefes-listos.
Curiosamente, en casos distintos y empresas distintas los jefes-tontos y listos respondían a un mismo paradigma. Casi, casi clavadito. ¿Fruto del azar? ¿Consecuencia inevitable de unir una serie de factores? No lo sé.

¿Qué es un jefe-listo?
El jefe-listo es un jefe sobrevenido. Le hicieron jefe cuando el equipo ya existía y funcionaba. El jefe-listo es un tipo elegante, atractivo incluso. Alto, delgado y bien vestido. Deportista. Culto. Gustándole dejarse ver. Un relaciones públicas nato. Alguien que se vende bien.
El jefe-listo sabe, pero aparenta saber más de lo que sabe. Insisto: se vende bien.
El caso es que el jefe-listo te entra de amigo. Buen rollo, confidencias a medianoche y consigue ganarse tu... amistad. Pongamos. Hasta el punto que, imbécil de ti, bajas la guardia y te confías. Lo pagarás, no lo dudes.
Lo pagarás en el momento en que algo salga mal, sea tu culpa o no lo sea. En el momento en que necesitabas el apoyo del jefe-listo, el jefe-listo te apuñala por la espalda y te demuestra que él es un hijo de #### y tú un ingenuo por creerte que él iba de colega una vez que has vuelto a la realidad y encajas la bofetada.

¿Qué es un jefe-tonto?
El jefe-tonto también es un jefe sobrevenido como en el caso anterior. Sin embargo, curiosamente, ya no es el tipo de inmejorable presencia. Mientras que el jefe-listo no tenía vicios (que se evidenciaran) el jefe-tonto suele tener unos cuantos, empezando por el tabaco.
El jefe-tonto no sabe. Le han dado el puesto por chuparla. O tal vez haya tenido que llegar al A2M. Lo malo no es que no sepa porque todo el mundo aprende. Lo malo es que, además de no saber, se cree que sabe. Y eso suele poner al equipo en situaciones confusas.
Para un informático sólo hay una cosa peor que hacer algo sin sentido, hacerlo cuando el que te lo manda es un gañán que no se entera.
El jefe-tonto suele ser un lameculos con los de arriba y un tirano con los de abajo. Paradójicamente, los jefes-tontos son los que menos delegan. ¿Porqué? Pues porque al no saber, dependen de sus subordinados y eso les hace vulnerables. Pero esa desconfianza la percibe el trabajador y conduce a un círculo vicioso.
Al final, el jefe-tonto sólo se fia de sí mismo y termina desbordándose de trabajo mientras su gente pierde el tiempo limitándose a ejecutar sus órdenes sin un mínimo de proactividad.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado tu reflexión, donde veo reflejados a más de un jefe (directo e indirecto)que he conocido a lo largo de mi trayectoria.

    ¿Existe algún término medio? ¿Algún jefe más o menos bueno?

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  2. El único jefe bueno es el jefe muerto...

    No. No es cierto. Hay jefes buenos. Yo los he conocido. Aunque escasean, eso sin duda :)

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