sábado, 23 de abril de 2011

Restando del currículo

Hace unos años, convencido ya de que mi futuro en determinada empresa era más negro que una locomotora de carbón, a oscuras, en un túnel y conducida por un subsahariano; estuve buscando empleo.

En aquel tiempo, yo ya sabía que X, mi empresa, era como un sepulcro. Con bellos mármoles por fuera pero podrida por dentro. Mi C.V., que anteriormente era bastante atractivo y actual, con los años en X se había ido quedando obsoleto tanto por falta de actualización como por un aislamiento importante respecto de la informática moderna.

Sin embargo en las entrevistas, aunque no se debe mentir, sí se debe adornar la trayectoria profesional; potenciando los puntos fuertes y minimizando las debilidades.
En una ocasión me llamó un señor con respecto a una oferta que había enviado.

Estuvimos charlando sobre mis estudios, inquietudes, etcétera y me pidió que concretase cual era mi empresa actual en aquel momento. Yo le dije la verdad y entonces le cambió el tono.

¡Las has cagado! -me dije.

Efectivamente. Ese señor conocía mi empresa y no tenía muy buena impresión de ella. Por tanto, todos los adornos que yo había puesto se pusieron en mi contra. Aquella oportunidad de empleo se desvaneció y yo me dí cuenta de que me había quedado fuera del mercado. Peor aún, cada día que pasase en X jugaría en contra mía. Mi valor como profesional iría en continuo decremento, y mis posibilidades de evolución profesional tenderían a cero.

(Por supuesto, no me resigné a ese destino y me puse a estudiar, por mi cuenta, consiguiendo adquirir nuevos conocimientos que, más tarde, tal vez fueron decisivos para encontrar otro trabajo)

Hice alguna otra entrevista más y una de ellas fue bastante interesante. La chica que me entrevistó un auténtico encanto y la oferta de trabajo bastante atractiva. Pero cuando leyó mi C.V. le cambió la cara.
- ¿Tú trabajas en X?
- Pues sí. Es una empresa que pertenece al grupo XX.
- Es un problema, porque nosotros trabajamos con el grupo XX y no le vamos a quitar a su personal.
- ¡Pero hombre eso no es problema! Yo no se lo pienso decir. Además, seguro que ellos se quedan muy contentos cuando yo me vaya.
- Bueno, lo estudiaremos, pero no te prometo nada.

Al menos, tuvo el detalle de enviarme una carta de rechazo, cosa que les honra.

Pues no pudo ser. Dos ofertas de trabajo perdidas por trabajar en la empresa X.

Yo pensaba que cada línea que he ido añadiendo al C.V. a lo largo de los años ha sumado. Poco o mucho. Pero alguna línea, en lugar de eso ha restado. Fascinante...

2 comentarios:

  1. Pues esas cosas pasan, es verdad.

    También, después de unos años en un puesto, de repente puedes ir hacia atrás y luego es más complicado vender tu trabajo como algo atractivo, desafiante e interesante. Porque, ¿quién va a contratar a alguien con un trabajo fácil, monótono y totalmente desactualizado?

    Pues sí, así son las cosas.

    ResponderEliminar
  2. Pues así es.
    Con todo, depende. Si la empresa es más o menos normal, digamos que ese trabajo vulgar y corriente ni suma ni resta.
    Si la empresa es una simple "carnicera" o ETT disfrazada de empresa de servicios, lo malo es que esa experiencia puede incluso restar.
    Me temo que sí.

    ResponderEliminar