sábado, 9 de abril de 2011

El dia que me robaron un monitor

Podría escribir mucho sobre el jefe-tonto, fuente de problemas para cualquier sitio en donde se le ubique. Pero dejaremos eso para otro día.
El caso es que, hace algún tiempo, el jefe-tonto me mandó a revisar un monitor que no funcionaba y, sorprendentemente, no funcionaba. El monitor no se encendía.
Nuestro procedimiento, en aquella época, consistía en identificar dicho monitor con una serie de etiquetas, enviarlo a nuestra "central" para que lo repararan o mandaran reparar y poner en su lugar uno de préstamo.
Dicho y hecho, realicé el procedimiento al pie de la letra.

Dias más tarde, me llama el jefe-tonto:
- Una cosita: dices que nos has enviado el monitor tal y cual, pero aquí no hemos recibido nada.
Vaya por Dios.
- Pues... yo lo etiqueté correctamente y envié la orden de recogida con estos datos que te voy a decir ahora...
- Los datos están bien en el sistema, pero aqui no tenemos el monitor...

Haces alguna averiguación y descubres que el transportista fue a buscar el monitor pero no encontró nada. Y llamas al jefe-tonto y se lo cuentas. Su respuesta, como cabe esperar es la que no cabría esperar.
- ¡Nos han robado el monitor! Eso seguro que se lo ha llevado alguien de la organización.
- ¿Cómo se lo van a llevar? ¿Para qué querrían un monitor averiado pudiendo robar uno que funcione? ¡No tiene ningún sentido!
- Pues a nosotros nos lo van a descontar. Vete a buscarlo.
- Pero... vamos a ver. Buscarlo, ¿dónde? ¿Qué quieres que haga? ¿Monto un control a la entrada del edificio e interrogo a todo el que parezca sospechoso?
- Tendrás que ir despacho por despacho mirando si alguien lo ha escondido debajo de una mesa o encima de un armario. Pero el monitor tiene que aparecer.

En este momento, se te pasa por la cabeza mandarle a la mierda. Informárle explícitamente de que es imbécil y que si ha llegado a jefe-tonto es porque se la ha chupado a alguien pero sabes que no puedes y te muerdes la lengua intentado razonar.

- Pero, ¿tú te das cuenta de lo que me estás pidiendo?
- Si, sí, sí... pero hay que hacerlo. Vete allí y miras despacho por despacho.

Uno, que tiene tablas y algún que otro amigo va a preguntar donde debe preguntar.
- Oye, que ha pasado esto ¿Tú sabes quién se lo puede haber llevado?
- Claro. El otro día vino a recogerlo un transportista diciendo que al estar el monitor en garantía, el mismo fabricante lo gestionaba.

¡Acabáramos! El monitor lo había recogido OTRO TRANSPORTISTA porque al estar en garantía la tramitación iba por otro lado absolutamente distinto. Por supuesto no estaba perdido ni lo habían robado y, por supuesto, yo me evité el bochorno de irlo buscando como un idiota.

El jefe-tonto, que supuestamente debería haber estado al tanto de lo que había ocurrido, supongo que habría perdido el tiempo matándose a pajas o algo así. De otra forma, no entiendo como quién debía coordinar estas movidas se columpia con semejante tontería, poniendo en un compromiso a uno de sus técnicos. Porque, de haber intentado hacer al pie de la letra lo que me pedían, seguramente me hubieran expulsado del edificio por meterme en camisas de once varas y tocarle los ***vos a gente a la que no debería hacérselo. Realmente es que ni siquiera me tendrían que haber pasado la incidencia. Pérdida de tiempo, de combustible y cabreos innecesarios.

Cuando le expliqué el tema, sin desvelar mis fuentes ni otros detalles que no tenía porqué conocer, se alegró y se olvidó del tema. Sin ningún tipo de autocrítica, ni disculpa, ni propósito de enmienda.
Después de estas cosas es normal que yo empezase a pasar de todo en ese equipo de trabajo. Y luego eres el problemático y el que no te comprometes con los objetivos del proyecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario