martes, 11 de octubre de 2011

El mundo después de Steve Jobs

El pasado 5 de octubre de 2011, tras una larga enfermedad, Steve Jobs falleció desatando una enorme oleada internacional de condolencias y reconocimientos.
Steve Jobs fue un personaje único e irrepetible, visionario, sagaz y adelantado a su tiempo que legó grandes avances a la informática y al mundo de las tecnologías de la información.

Desde mi humilde punto de vista, expreso mi pequeño homenaje a Steve Jobs.

Estos días, la prensa generalista, poco dada al rigor y sí a los titulares, ha ido publicando una serie de reportajes que, a poco que se lean con cierto sentido crítico, le dejan a uno cierto mal sabor de boca. Parece que sin Apple no habría ordenadores, ni teléfonos, ni reproductores de MP3. Y eso no es cierto.

La popularización de la informática vino del PC, del Personal Computer. Un invento de IBM donde Microsoft encontró un terreno abonado.
Mientras que los Apple venían a ser la marca "premium", el PC clónico era el ordenador para todo el mundo.
Los Apple, al principio, sólo eran compatibles consigo mismos. Y esa filosofía propietaria sigue presente en cierta medida.
Steve Jobs y el software libre tampoco se llevaron muy bien. Apple siempre ha sido software propietario. Si lo quieres, lo pagas. Nada que objetar a ese modelo de negocio, pero hay alternativas. Que se lo pregunten a Stallman o a Torvalds.
Apple, después de pegarse unas buenas bofetadas, terminó abandonando los procesadores Motorola para caer en los brazos de Intel, motor del mundo PC por excelencia.

Obviamente se puede vivir sin Apple.

E incluso se puede pensar que otros fabricantes/integradores tienen una mejor relación calidad-precio.
Pero el caché de Apple, naturalmente, ahí está. Steve Jobs y su equipo lo consiguieron a pulso. Si lo quieres, y lo quieres pagar, ahí lo tendrás. Buen trabajo de marketing.

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