sábado, 4 de septiembre de 2010

Trabajar contra corriente (I)

Nunca fui más feliz profesionalmente que el día que abandoné cierta empresa con una baja voluntaria disfrazada de despido improcedente. Por eso les agradezco y es, casi, lo único que puedo agradecerles, que me facilitaran una salida razonablemente honrosa.
Podría llenar varios blogs como este con anécdotas pero ahora mismo me vino a la cabeza una que me confirma que hice lo correcto negociando mi salida.

Sin entrar en muchas profundidades sobre el funcionamiento de la empresa, el cliente y mi trabajo allí, sólo diré que en una ocasión tenía que pedir, vía una aplicación remota, una impresora de préstamo para sustituir otra que se enviaba a reparar a laboratorio.

En mi desplegable de impresoras tenía varias opciones y entre ellas estaban las sólidas y fiables HP 4000 / 4050 / 4050n.

La letra ene de las 4050n significa network. Red. Esas impresoras llevaban tarjeta jetdirect que era justo lo que necesitaba. Al día siguiente me llegó la impresora 4050n. Con la jetdirect desmontada. Enfado, decepción, frustración, sensación de abandono.

Inmediatamente llamo a mi jefe a comentarle el tema y me razona lo siguiente: cuando se adquiere una impresora para préstamo se le desmonta la jetdirect porque la pieza puede usarse en otras intervenciones de forma independiente. Y que eso debería saberlo.
Pues hombre, la próxima vez que tuviera que pedir una impresora, pediría por separado el cuerpo de la impresora, el tóner, el fusor, el panel de mando y las bandejas porque, por el mismo razonamiento, ¡podrían usarse en otras intervenciones!

Esto era día sí y día también. Suponía quedar mal con el cliente, volver loco al transportista y perder mucho, muchísimo tiempo. Pero ellos decían que así era como se debía trabajar.

Lo dicho, el día más feliz de mi vida profesional fue cuando dejé esa empresa para irme al paro.

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