miércoles, 6 de julio de 2016

Las aventuras de buscar un empleado público - capítulo 1

Inicio hoy esta "novela de vaqueros". Comprenderá el respetado lector que, por razones obvias, debo omitir o cambiar algunos datos. La discreción y la privacidad ante todo.

Quién sabe si quién lee ésto ha pasado o pasará por un proceso parecido, tal vez en el mismo organismo. Si es así, que sepa que no somos monstruos sino COMPAÑEROS que intentan hacer las cosas lo mejor posible; no siempre con éxito. O tal vez pueda ayudar a alguién si está en la misma situación

¡Al tajo, que se nos pasa el arroz!

El caso es que alguna semanas atrás, una bella mañana de primavera me llamaron para comunicarme que había sido seleccionado para un Tribunal de Oposición. ¡Ahi va la ostra!

Por vez primera iba a ver un proceso de selección desde el lado oscuro.

¿Cuantos años de experiencia tienes con el sable láser?
Miembro de un organo de selección en la administración pública. Una experiencia nueva y que parecía (lo es) muy interesante.

Se nos informó de que se publicarian en cuestión de horas los anuncios que marca la ley y que a partir de ese momento empezarían a contar los plazos. El Presidente del Tribunal nos convocó, se constituyó el Tribunal y nerviosos pero ilusionados empezamos a darle vueltas a la cabeza para proponer ideas.

Las bases de la convocatoria nos venían dadas y, por tanto, nuestra labor estaba casi completamente delimitada en cuanto a pruebas, duración y contenidos. Teníamos, empero, la última palabra en cuanto a dificultad pero estábamos todos de acuerdo en que tampoco deberíamos convertirnos en ogros.

No estabamos buscando un gurú de la informática sino alguién polivalente, con actitud positiva con ganas de aprender y de integrarse.

Antes de proseguir, si algún lector (o lectora) ha tenido la paciencia de leer hasta aquí y tiene intención ¡ojalá! de continuar la historia completa quiero hacer una puntualización muy importante.

Pese a que vivimos tiempos en que la honradez es un valor poco o nada considerado, que engañar mentir o corromper parecen actitudes socialmente aceptadas y que los trapicheos, intercambio de favores o filtraciones son cosas comunes; nuestra labor como organo de selección fue absolutamente limpia, imparcial e independiente.


Esto, que debe ser una obviedad tal vez no lo sea. Así que es un legítimo orgullo proclamarlo y así lo hago. Otra cosa no será, pero creo que los miembros del Tribunal tenemos nuestras conciencias absolutamente limpias.

2 comentarios:

  1. ¿Y cómo terminó la selección? Muy buen post

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    1. Gracias por preguntar. La respuesta a tu pregunta la tienes en el resto de entradas.

      Me alegro que te esté gustando el tema.

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