sábado, 13 de agosto de 2016

Las aventuras de buscar un empleado público - capítulo 5

El test.
Hace algunos años en determinadas revistas publicaban tests que, debo confesar, me interesaban mucho y rellenaba con entusiasmo. Normalmente los resultados o eran absurdos o directamente me provocaban una tendencia a la hilaridad.

En realidad aún existen y vienen a ser algo así como ¿ERES BUEN/A AMANTE?

Si tu chico/a aparece vestido con ropa sensual
  • a) le llevas a la cama
  • b) continuas viendo el fútbol
  • c) eso no ocurrirá porque soy single
  • d) todas las anteriores
Después te vas a las soluciones (para las cuales hay que dar la vuelta a la revista en cuestión) y vas puntuando. Entre 75 y 100 puntos ¡¡ERES UN AMANTE FORMIDABLE!!
Y, bueno, no sigo que el resto es conocido.

Pero, pongámonos serios por un momento. En una prueba selectiva es prácticamente seguro que caerá un test de respuestas alternativas. El test tiene dos funciones, por un lado efectuar una criba previa cuando el número de aspirantes es grande. Por el otro, asegurarse que quienes lo superan, conocen el temario con una cierta profundidad.
Se te puede presentar este tipo en el examen.

El test es una prueba muy objetiva porque es igual para todo el mundo. No cabe interpretación. Pero, por otro lado es únicamente memorística con lo cual, por sí solo, no sirve para seleccionar al candidato adecuado.

¿Cómo hacer el test? Contestarlo, digo.
En algunas academias de oposición, como por ejemplo el CEF, te enseñan una estrategia para responder a los test que, en general, me parece muy apropiada si bien siempre podemos adaptarla a nosotros mismos.

Tienes delante un test con preguntas que tienen cuatro respuestas.

Sobre todo leer con cuidado todas las respuestas. Ojo con las prisas que son malas consejeras.

Primero das una vuelta y respondes sólo las que sepas. Las que tengas clarísimas, como para poder poner la mano en el fuego y no quemarte. De esas ya te olvidas.

A menos que seas un puto crack, como habrás contestado poquitas ¡ay! das una segunda vuelta y retomas aquellas de las que pasaste de largo.
¿Dudas entre dos? Esto también se entrena. En casa, con tranquilidad y con un vasito de fanta naranja a la diestra. Después de haber practicado mucho, descubres qué es mejor para ti como norma general. Si arriesgarte o no. Por tanto habrás llegado al examen conociendo perfectamente si tu perfil ha de ser arriesgado o conservador. En función de eso, te tirarás a la piscina o no.
Esto no es un examen tipo test. Pero si respondes bien no tendrás que hacer ningún otro.

¿Que dudas entre tres? Aquí normalmente la mejor opción es "no marques". Porque, se me olvidó decirlo, en los exámenes tipo test las respuestas equivocadas penalizan.
Esto no es como en las quinielas. Si en una de ellas tienes el "Real Madrid - Cultural Leonesa" y pones un 2 pues mira, yo creo que va a ser que no, pero como sea que sí, el pelotazo que pegas es de órdago a la grande.

Pero aquí no. No va a pasar. Aquí rellenar al azar te conduce al fracaso.

¿Cómo hacer el test? Redactarlo, digo.
Bueno, entramos aquí ya en faena. Toca prepararse varias preguntas de esas alternativas que cubran de forma más o menos homogenea el conjunto del temario.

En nuestro caso teníamos claro que el test no debería ser decisivo. Queríamos que los aspirantes llegasen al supuesto teórico. Como dije antes, el test es puramente memorístico y no pone de manifiesto otra cosa que la capacidad de retención del opositor.

Con esa idea en mente buscamos preguntas más o menos razonables. No rebuscadas. Conceptos básicos, fundamentales y generalistas.

Así que veamos como lo hacemos.


Se coge algo más o menos claro. Se busca una pregunta y cuatro respuestas posibles.
Desde luego hay una y solo una respuesta posible, pero hay que rellenar con otras tres.

Pongamos que el temario incluyese la lista de los Reyes Godos.

Señale cual de los siguientes es un Rey godo

  • a) Recadero
  • b) Carlos III
  • c) Sisebuto
  • d) Segismundo
Si lees rápido (es decir, que te has pasado por el forro las normas que el CEF recomienda) probablemente marcarás como correcta la respuesta a)

Recadero. El que hace los recados


Al buen alcalde, también lo podemos descartar puesto que vivió en el siglo XVIII. Si alguién no ve claro ésto está tardando en volver a matricularse en la ESO.

Segismundo pues, hombre, suena bien. Pero ya sabemos aquello de "...y los sueños, sueños son"

Sin saber mucho, por eliminación, se ve que la respuesta correcta es la c)

Ese nombre tiene un pareado realmente desagradable.


Sisebuto (muerto en febrero de 621) fue rey de los visigodos (primavera de 612 – febrero de 621) y sucedió a Gundemaro. Probablemente pertenecía a la misma tendencia nobiliaria que su antecesor. A Sisebuto hay que atribuir la construcción de la iglesia de Santa Leocadia en Toledo, que más tarde fue sede de cuatro concilios.

Esto de Sisebuto sería un ejemplo de pregunta tirando a fácil.

Por el contrario, podríamos apretar las clavijas y buscar a alguien que realmente domine el temario. Y si el temario va de Reyes Godos se podría preguntar algo así.

¿En que año se produjo la conversión al catolicismo de Recaredo?
  • a) en 587
  • b) en 588
  • c) en 586
  • d) en 585
Tócate los pies. Aquí tienes que ser un experto o bien encomendarte a algún salto y marcar la primera que te parezca bien (la respuesta correcta es la a) según la Wikipedia pero, vaya, que podría haber vivido el resto de mi vida sin saberlo)

Bien, hemos descrito con un par de ejemplos los dos extremos de preguntas.
Primero la que puedes deducir si tienes un nivel de conocimientos razonable.
Después la que necesitas dominar perfectamente el temario para contestar.

¿Cómo hacer el examen? Poniendo en común las preguntas.
Con el fajo de preguntas debajo del brazo, casi en sentido literal acudes a la convocatoria para poner en común las preguntas.

Algunas preguntas coinciden casi al pie de la letra con las de tus compañeros del Tribunal
- ¡Caramba, me la has pisado! Pues yo la tenía casi igual

Otras son muy fáciles y obvias. Ojo, que el orden de las preguntas también cuenta. Si al Tribunal aún le queda un mínimo de humanidad es posible que ponga primero las preguntas más fáciles para no hundir en la misera al aspirante cuando ve que las diez primeras preguntas son horrorosas y que no sabe por donde pillarlas.


Más o menos se intenta cubrir razonablemente el temario, procurando no pasar por alto conceptos importantes. Las preguntas demasiado difíciles también se descartan aunque tal vez sí se cuele una, especialmente difícil y rebuscada como pregunta de control para evitar que nadie pueda sacar la puntuación máxima lo cual permitiría pensar que la dificultad no ha sido suficiente.

Así que, tras un proceso de negociación de esas tipo transaccional de "yo he puesto una de RAID pero la tuya está mejor, pero a cambio metemos ésta de SQL" y así sucesivamente, conseguimos consensuar una lista de preguntas más o menos coherente y de dificultad proporcionada.

Formateando bien, pasando el corrector ortográfico y comprobando una por una las preguntas tenemos el examen redactado.

En nuestro caso el examen quedó en un pendrive, cifrado, en poder físico del Presidente del Tribunal que lo guardó, en sobre cerrado, en una caja fuerte. No se puso en nuestra red para reducir a cero el riesgo de filtraciones.

Por supuesto, tantos los borradores que redactamos con las anotaciones que fuimos tomando durante las reuniones de preparación del examen fueron pasados por la destructora de papel.

Sólo nos quedaba ya el examen y la corrección.

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