martes, 16 de agosto de 2016

Las aventuras de buscar un empleado público - capítulo 7

Nos acercamos al final. El supuesto práctico.
O teórico más bien, porque es por escrito. En un futuro cercano la verdad es que se podría hacer que el aspirante resolviera un supuesto en un entorno virtual. Pero de momento nos conformamos con el método tradicional.

El supuesto es la prueba mejor y más completa porque contempla el conjunto íntegro de las aptitudes (y actitudes) que el aspirante reune y es una excelente forma de evaluar su candidatura. Si el aspirante ha llegado hasta aquí, ya se le debe suponer cierta calidad profesional e intelectual. Ha pasado ya varios filtros, tiene un nivel de inglés más que aceptable y en principio podría ser uno de los elegidos.

Puede ser que algún aspirante no alcance el mínimo nivel exigido. Sucede. Sin embargo, a estas alturas de la película, por contratar al peor de los aspirantes que aún continúan en el proceso de selección probablemente seguramente se pegarían en el sector privado.

No es que tengan cerebros positrónicos pero tontos no deben ser si han llegado hasta aquí.


Lo bueno que tiene el supuesto es que no tiene una respuesta única. No hay un supuesto "correcto" como tal. Cada aspirante responderá a la situación planteada con una solución distinta. En principio el aspirante puede proponer cualquier opción siempre y cuando la justifique.

También es cierto que el ejercicio puede contener alguna condición que limite los grados de libertad de que dispone el aspirante. O que la solución propuesta deba forzosamente cumplir algún requerimiento. Entra en la mecánica de la prueba.

Cierto que profundizará más en unas tecnologías (las que domine) que en otras pero si demuestra saber más o menos un poco de todo, no tener lagunas y no cometer errores graves lo normal es que apruebe.

Luego, entre candidatos aprobados, habría que establecer un orden de prelación. Y es una putada desgracia quedarse fuera porque otro lo hizo un poco mejor. Pero puede suceder, la vida es dura.

A la hora de corregir, es cierto que los miembros del Tribunal tienen en mente "su propio ejercicio" pero no por eso van a ser reticentes ante una solución que se aleje de la que ellos habrían propuesto. En realidad puede ser que veas enfoques o estrategias diferentes a las que tú habrías empleado.
Puede que sean inaplicables por razones que los aspirantes no tienen porqué conocer. Pero sobre el papel son buenas.

También puedes leer alguna cosa que te desagrada. Digamos que subcontratar o externalizar algún desarrollo o servicio denota que el aspirante no está cómodo en ese área de conocimiento.
Es prudente porque no quiere meterse en charcos. Pero, lógicamente, al no hacerlo pierde una ocasión de sumar.
Con mucho cuidadito, que las carga el diablo neoliberal.

Naturalmente que es mejor no sumar que restar. Como decíamos antes, para un aspirante, llegar hasta aquí no es moco de pavo. Se espera de él (o ella) que no cometan errores graves. Es perdonable dejar una parte del ejercicio poco elaborada que pasarse y proponer algo temerario o directamente equivocado.

Cabe la posibilidad de que el aspirante haya querido lucirse en un apartado que al Tribunal no le parezca importante y que haya pasado por encima en otro que sí lo era. Eso no le deja fuera pero, claro, se paga a la hora de la corrección.

En general, los errores obvios suelen ser perdonables si el Tribunal no está formado por una sarta de...

Hijos de la arpía. Que son unos hijos de p...
No sería el primero el aspirante que sumase 100 + 100 = 2000. Pero es una obviedad, sólo pone de manifiesto que el aspirante iba rápido y posiblemente algo nervioso. Es un entorno laboral de verdad, para el supuesto teórico que hay que resolver en unas horas se dispondría de semanas. Ciertamente sería injusto apretarles las clavijas a los aspirantes ignorando que están bajo presión y que no disponen de herramientas ni medios de consulta que sí tendrían en una situación real.

Admitida la necesidad de ese factor de corrección, los miembros del Tribunal revisan los ejercicios y consensuan las notas que hay que poner. No hay una regla fija, esto no es como en aquellos deportes donde se quitan las notas más alta y más baja y se hace una media. Pero esto no acaba aquí. Ahora el aspirante tiene que defenderse ante el Tribunal. Sólo ante el peligro.

Si lo llego a saber, me quedo pinchando bakalao en la disco de mi pueblo
¡Nos acercamos al duelo final!

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